Conducir con mal tiempo, ¿puede favorecer la fatiga?
Conducir en condiciones climatológicas adversas, como lluvia, nieve, niebla o calor, puede favorecer la fatiga al volante.
En estas condiciones, la conducción se vuelve más exigente y requiere un mayor nivel de atención por parte del conductor.
La lluvia reduce la visibilidad y puede crear superficies resbaladizas, la nieve dificulta el agarre de los neumáticos, la niebla reduce la visibilidad a corta distancia y el calor puede causar incomodidad y deshidratación.
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