Circular por una vía con mucho tráfico, como en situaciones de congestiones y retenciones, puede favorecer la aparición de la fatiga al volante.
Esto se debe a que el tráfico denso y lento puede ser estresante y requerir una mayor concentración y atención por parte del conductor.
Además, en estas condiciones, es común que se produzcan paradas y arranques frecuentes, lo que puede generar cansancio adicional.
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