Las empresas de transporte de viajeros en autobús tienen la responsabilidad de arbitrar los medios necesarios para que los viajeros tengan garantía de acceso a la información más pertinente sobre el viaje y los elementos con los que el vehículo cuenta que están dirigidos a garantizar su seguridad, desde el momento en que acceden al servicio o antes.
Esta información podrá comunicarse oralmente o a través de cualquier medio gráfico o audiovisual, haciendo referencia como mínimo a los siguientes extremos:
Al titular de un permiso de conducción se le asignará un crédito inicial de 12 puntos.
De forma excepcional se asignará un crédito inicial de 8 puntos en los siguientes casos:
En estas circunstancias los titulares de un permiso o licencia de conducción transcurrido el plazo de 2 años sin haber sido sancionados en firme en vía administrativa por la comisión de infracciones que impliquen la pérdida de puntos pasarán a disponer de un total de 12.
Los conductores que mantengan la totalidad de puntos al no haber sido sancionados en firme por vía administrativa, recibirán una bonificación de 2 puntos durante los 3 primeros años y de 1 punto por los 3 años siguientes, pudiendo alcanzar un máximo de 15 en lugar de los 12 iniciales.
El número de puntos se verá reducido por cada sanción firme en vía administrativa que se le imponga por cometer infracciones graves o muy graves que lleven aparejada la pérdida de puntos.
Los conductores no perderán más de 8 puntos por acumulación de infracciones en un solo día, a menos que cometan algunas de las que se consideran muy graves por exceso de velocidad o las que se indican en los párrafos primero a sexto del apartado de infracciones con pérdida de 6 puntos, perdiendo el número total de puntos que corresponda en estos casos.
La pérdida de puntos solamente se producirá cuando el hecho del que se defrive la sustracción de los mismos se produzca debido a la conducción de un vehículo para el que se exige autorización administrativa para conducir.
Pasados 2 años sin haber sido sancionado en firme en vía administrativa por la comisión de infracciones que impliquen la pérdida de puntos, los titulares de los permisos o licencias de conducción que estén afectados por la pérdida parcial de algunos puntos recuperarán la totalidad del crédito inicial de 12.
Sin embargo, en caso de que la pérdida de alguno de los puntos se deba a la comisión de infracciones muy graves, este plazo de recuperación total del crédito será de 3 años.
La pérdida parcial, total o recuperación de los puntos asignados afectará al permiso de conducción cualquiera que sea su tipo y sin que importe el vehículo con el que cometa la infracción.
La detracción de puntos por exceso de velocidad se producirá de acuerdo con lo establecido en la siguiente tabla:
En las zonas de autovías y autopistas interurbanas de entrada a las ciudades en que se hayan establecido límites inferiores a 100 km/h, los excesos de velocidad se castigarán con una sanción económica correspondiente al cuadro de sanciones.
El resto de consecuencias administrativas y penales sólo se producirá cuando excedan los 100 km/hora y en los términos establecidos para este límite.
La superación y realización con aprovechamiento de este curso permitirá recuperar un máximo de 6 puntos sin que ello suponga la recuperación de más puntos de los que se hubieran perdido.
Sólo podrá llevarse a cabo una vez cada 2 años, o cada año cuando se trate de conductores profesionales.
Para recuperar el permiso o licencia de conducción será necesario que apruebe con éxito un curso y una prueba tipo test en la Jefatura Provincial de Tráfico.
El mismo proceso se adopta en caso de haber sido condenado por sentencia firme a la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo mayor a 2 años.
Si la condena fuera mayor a 2 años, solamente deberá acreditarse haber superado con aprovechamiento el curso.
En caso de pérdida total de puntos no podrá obtener un nuevo permiso hasta pasados 6 meses desde la notificación, siendo 3 en caso de conductores profesionales. Estos plazos se duplicarán si durante los 3 siguientes años se pierden los puntos totales.
Los que no superen la prueba tipo test en la primera convocatoria podrán presentarse nuevamente hasta un máximo de 2 veces, debiendo realizar previamente en cada una de éstas 4 horas de formación en el centro donde hiciera el curso.
La responsabilidad por las infracciones a lo dispuesto en la Ley sobre el tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, recaerá directamente en el autor del hecho. Sin embargo:
Asimismo, el conductor del vehículo será responsable por la no utilización de los sistemas de retención infantil a menos que sean conductores profesionales que presten servicio público a terceros.
El titular o arrendatario del vehículo con el que se cometa la infracción cuando sea requerido debidamente para ello, deberá identificar al conductor responsable de la infracción.
El incumplimiento de esta obligación tendrá la consideración de infracción muy grave y se sancionará con el doble de la multa prevista para la infracción originaria, si es infracción leve, y triple si es infracción grave o muy grave.
Los elementos de seguridad activa o primera son los que se incorporan en el vehículo con el objetivo de reducir la probabilidad de accidentes.
Se trata de los únicos elementos del vehículo que están en contacto con el suelo. Una de sus partes principales es la banda de rodadura, en la que se encuentran unos canales y ranuras que permiten el agarre del vehículo al pavimento (formando la adherencia).
Asimismo, cuando existe agua en la calzada, el dibujo evacúa permitiendo así el contacto con el suelo.
Los distribuidores de neumáticos tienen la obligación de informar cuando proceda a través de un adhesivo o de una etiqueta exhibida en el punto de venta de:
El mal estado de los neumáticos es la principal causa de accidentes debido a fallo del vehículo. Por esta razón el conductor deberá prestarles la atención que precisen y realizar sistemáticamente el mantenimiento adecuado.
Los neumáticos radiales son los más usados, además de calentarse menos que los diagonales.
La presión de inflado se debe comprobar periódicamente (cada 15 días aproximadamente) debiendo ajustarse a lo señalado por el fabricante en función de la carga y la vía.
Esta comprobación debe hacerse con los neumáticos en frío y usando un manómetro en buen estado. Si lo hace con los neumáticos calientes no deberá quitarse el aumento producido, debido a que es normal y el fabricante lo ha previsto.
En los vehículos que llevan ruedas gemelas sus neumáticos deberán tener la misma presión.
En caso de que la presión de inflado sea inferior a la indicada:
Si la presión entre ruedas del mismo eje está descompensada, haciendo la conducción más peligrosa:
Existen algunos factores que, junto con la presión de inflado, aumentan el desgaste de los neumáticos:
Con el objetivo de reducir el desgaste y el consumo de combustible, algunos vehículos permitirán elevar un eje cuando el vehículo circula sin carga. Ésta será retráctil y descargable.
Los neumáticos de aquellos vehículos con una MMA mayor a los 3500 kg deberán sustituirse cuando la profundidad de las ranuras principales de la banda de rodadura no garantice la adherencia al pavimento, o en caso de que éstas presenten cortes, grietas, abultamientos u otro tipo de desgaste. Sin embargo, hay dos alternativas al cambio de neumáticos:
Asimismo, se debe tener en cuenta la fecha de fabricación de los neumáticos debido a que suelen caducar en torno a los 5 años, perdiendo su elasticidad e impidiendo que el vehículo se adhiera bien al pavimento.
Los neumáticos nuevos no podrán contar con un índice de carga o de velocidad menor al indicado por el fabricante.
Tendrán la finalidad de reducir la velocidad del vehículo, llegar a detenerlo o de inmovilizarlo cuando fuera preciso. Funcionan haciendo rozar una parte inmóvil (las pastillas de freno o zapatas) con una parte móvil (los discos o tambores).
Los autobuses deberán ir provistos de un sistema de frenado que proporcione las siguientes funciones:
El disco gira unido a la rueda y al frenar, las pastillas lo comprimen y lo frenan. El tambor gira unido a la rueda y al frenar, las zapatas se expanden y lo frenan.
El tipo de freno más usado en la actualidad es el freno de disco, debido a que ofrece mayor seguridad en la frenada y se refrigera mejor, retrasando la aparición del fading (pérdida de eficacia por calentamiento excesivo).
En los vehículos más pesados el sistema de mando neumático es el más usado para accionar las pastillas o zapatas. Está compuesto por un compresor, accionado por el motor, que suministra aire a presión a los calderines donde se va acumulando.
Cuando el aire acumulado en los calderines alcanza su mayor presión, se abre una válvula de descarga, evitando así sobrepresiones en el circuito.
Cuando se acciona el pedal de freno se abre una válvula de paso que permite que el aire comprimido llegue a los pulmones de las ruedas, donde ejercerá la fuerza necesaria a los elementos frenantes.
El sistema también estará dotado con un manómetro que informa al conductor de la presión de aire que hay en el circuito, debido a que si existe alguna fuga puede dejar de funcionar.
Sistema antibloqueo que evita el bloqueo de las ruedas en caso de frenado de emergencia, permitiendo con ello el control de la trayectoria del vehículo.
Asistencia a la frenada de emergencia. Detecta cuando se lleva a cabo una frenada de emergencia y asegura que todas las ruedas reciben la máxima presión de frenado sin bloquearlas
Distribución electrónica de la frenada. Regula la frenada en el eje delantero y trasero según la masa que recae sobre cada uno, enviando más o menor presión a las ruedas
Control electrónico del sistema de frenado. Al pisar el pedal de freno se activan todos los cilindros del freno de servicio, de manera que reaccionan inmediata, simultánea y uniformemente, evitando que haya periodos largos de flujo para aumentar o disminuir la presión
Además de las condiciones de adherencia, en los vehículos pesados se deberá tener presente su masa y la de la carga, debido a que tanto la distancia de frenado como la eficacia de los frenos varían en función de lo que cargue el vehículo.
Cuando sea posible, el frenado de un autobús se debe realizar con la máxima antelación y usando el freno de servicio lo mínimo posible.
Para ello, el conductor debe anticiparse a las situaciones que le fuercen a reducir la velocidad y aprovechar la retención que produce el motor cuando circula con una marcha engranada, sin acelerar ni pisar el embrague (el freno de motor convencional).
Asimismo, también se podrá utilizar los dispositivos ralentizadores señalados (tienen varias posiciones para aumentar su eficacia).
En los descensos prolongados, para mantener o reducir la velocidad, el conductor usará en primer lugar el dispositivo ralentizador.
Si esto no fuera suficiente, tendrá que frenar de forma progresiva para reducir la velocidad y cambiar a una marcha más corta, debido a que con esto aumenta la retención del motor y la eficacia de los ralentizadores.
En ningún caso se deberá utilizar de forma continuada el freno de servicio, ya que podría perder su eficacia si se calienta.
En caso de emergencia si el vehículo no estuviera dotado con ABS, se deberá frenar con fuerza, pero sin bloquear las ruedas, debido a que si lo hacen aumentará la distancia de frenado y se pueda perder el control sobre la dirección del vehículo.
Para evitar esto se deberá reducir la presión realizada sobre el pedal al menor síntoma de bloqueo.
En los vehículos equipados con ABS se podrá pisar a fondo el pedal de freno, dado que ya no existirá el riesgo de bloqueo.
En caso de que el circuito de frenos sea de accionamiento hidráulico, se deberá comprobar el nivel del líquido de frenos.
Deberá estar entre las marcas de máximo y mínimo del depósito y sustituirlo cuando lo indique el fabricante, aproximadamente cada 2 años.
Es el conjunto de elementos que unen la parte suspendida del vehículo (bastidor, carrocería, etc.) con la parte no suspendida (el conjunto de ruedas y ejes). Este sistema tiene el objetivo de:
En los autobuses el sistema de suspensión se compone de:
Se trata del conjunto de elementos que tienen la finalidad de orientar las ruedas directrices según el destino indicado por el conductor.
Estas ruedas normalmente son las delanteras, aunque hay vehículos que usan configuraciones que proporcionan una mayor maniobrabilidad.
En este sentido, los autobuses de más de 12 metros suelen tener dos ejes directrices, uno delante y otro en la parte de atrás.
En la actualidad hay diferentes sistemas que facilitan el accionamiento de la dirección y aumentan su precisión, como la servodirección o dirección asistida, que reducen el esfuerzo que debe realizar el conductor para orientar las ruedas siempre que el motor esté funcionando.
Asimismo, algunos vehículos incorporan un sistema que adapta el esfuerzo que se tiene que realizar para accionar el volante según la velocidad de circulación, permitiendo maniobrar con menor esfuerzo.
Tienen la misión de permitirnos ver, ser vistos y de señalizar. Se deberá revisar periódicamente tanto su regulación como su funcionamiento y sus condiciones.
Algunas de las últimas innovaciones tecnológicas incorporan los siguientes elementos:
El Control Electrónico de Estabilidad (ESP) detecta si el vehículo comienza a derrapar y actúa sobre el freno y la tracción de cada rueda, para conseguir que el conductor recupere el control.
El control de tracción (ASR, TCS, etc.) detecta si alguna de las ruedas motrices gira más rápido de lo que debería y actúa sobre la potencia del motor y/o sobre el sistema de frenado para corregir el problema. Algunos de estos sistemas permiten arrancar en suelos deslizantes, conversar mejor la estabilidad del vehículo en curvas, al subir una pendiente o con lluvia.
Los vehículos de motor de las categorías M2 y M3 (destinados al transporte de personas en número mayor a 9, incluyendo el conductor) sólo podrán circular por la vía pública si tienen instalado un dispositivo de limitación de velocidad regulado de tal forma que su velocidad no pueda ser mayor a los 100 km/hora.
Sin embargo, no será obligatorio para los siguientes vehículos:
Los elementos de seguridad pasiva o secundaria son los que están dirigidos a reducir las consecuencias de los accidentes, bien porque evitan las lesiones o porque las reducen.
En los autobuses la estructura metálica está compuesta por el bastidor (de celosía) y por la carrocería.
El fin de la carrocería es el de proteger a los ocupantes en el caso de que ocurra un accidente. Para este fin incorporan elementos que permiten su deformación y absorben una gran cantidad de energía del impacto.
Esta deformación, sin embargo, es limitada, debido a que el espacio cercano a los pasajeros (la cédula de supervivencia) deberá conservarse prácticamente sin deformación (toda la energía que no absorba la estructura del vehículo será absorbida por los ocupantes).
Deberán construirse y equiparse de manera que no tengan, ni en su interior ni en el exterior, adornos u otros elementos con aristas salientes que presenten peligro para sus ocupantes o para los demás usuarios de la vía pública.
Los vehículos deberán construirse y equiparse de manera que ofrezca en toda su anchura una protección eficaz contra el empotramiento de los vehículos de las categorías M1 y N1 que puedan chocar con su parte trasera.
Para los vehículos de las categorías M1, M2 y M3, se considera que esta protección es eficaz:
Quedan exentos de esta obligación, los vehículos en los que su presencia sea incompatible con su utilización y así figure en su documentación.
Actualmente los vehículos usan cristales laminados (dos cristales pegados en una lámina de plástico).
Estos cristales aumentarán la seguridad en caso de sufrir un impacto, debido a que en caso de rotura no se fragmentan en pequeños trozos, sino que conservan la visibilidad y evitan las lesiones que se podrían producir en caso de que se rompiera.
Tiene el objetivo de retener el cuerpo en caso de colisión o vuelco, evitando que los ocupantes se golpeen de forma violenta o salgan despedidos al exterior.
En los autobuses, será obligatorio para el conductor y los pasajeros de más de 3 años de edad cuando los asientos estén equipados con el mismo.
Para que el cinturón pueda ofrecer la protección adecuada deberá estar en perfecto estado y correctamente colocado:
Se trata de una bolsa de aire que se infla de forma automática cuando se produce una deceleración instantánea del vehículo de suficiente intensidad.
Su misión es evitar el impacto directo de los ocupantes contra los distintos elementos del vehículo, disminuyendo la posibilidad de sufrir lesiones.
Se infla a una velocidad aproximada de 300 km/h por lo que, de no usarse el cinturón, podrá ser golpeado por él de forma violenta.
Se trata de un elemento que complementa al cinturón y que no lo sustituye. Asimismo, no se deberán colocar objetos cerca del mismo, debido a que pueden salir despedidos y golpear violentamente a los ocupantes.
Son aquellos que no pueden considerarse elementos de seguridad activa o pasiva pero que asisten al conductor en su misión de mantener la atención o facilitan su respuesta. Algunos de estos elementos son:
Con el fin de que la conducción no se convierta en una actividad peligrosa, el conductor deberá considerar siempre la adherencia que proporciona el pavimento de la vía, su trazado y las condiciones climatológicas.
La adherencia variará en función de muchos factores, siendo los más significativos los relacionados con el vehículo, así como con el tipo y estado del pavimento de la vía.
El peligro de deslizamiento aumentará en pavimentos de tipo liso, mojado, sucio, con nieve, con hielo u otros.
Se trata de una de las zonas más peligrosas de la vía. En las curvas el vehículo está sometido a las siguientes fuerzas:
Antes de llegar a acceder a una curva el conductor debe analizar el estado del pavimento, el radio de la curva, su peralte y demás señalización que se encuentre en la vía (como el grado de peligrosidad, la sucesión de curvas, etc.).
Por esta razón el conductor tiene que:
Nunca se deberá tomar una curva con el embrague pisado o en punto muerto.
Se denomina conducción preventiva a la forma de conducir que intenta conseguir una conducción segura por parte del conductor, de manera que le permite recoger la información necesaria de sus alrededores y poder así reaccionar con antelación ante posibles imprevistos.
Las técnicas de conducción preventiva basan su comportamiento en tres principios:
El conductor no deberá limitarse a mirar al vehículo que tiene delante, sino que también deberá recoger el resto de información con tiempo suficiente para analizarla y reaccionar apropiadamente.
Por esta razón, se recomienda:
Con el objetivo de disponer de tiempo suficiente para evitar riesgos y reducir la distancia de reacción, se recomienda:
La distancia de seguridad que todo conductor deberá mantener con el vehículo que tiene delante se deberá aumentar cuando:
Asimismo, cuando tenga que detener su vehículo detrás de otro también deberá mantener un espacio de seguridad que le permita resolver posibles situaciones de riesgo, sobre todo cuando intente evitar los alcances.
En caso de que esté en un atasco y sea el último vehículo, encienda las luces de emergencia y mire regularmente por el retrovisor, desconfiando siempre de los vehículos que se aproximen por detrás.
Con el fin de evitar accidentes que se pueden producir cuando el vehículo de detrás circula de forma demasiado cercana al nuestro, se debe:
Durante la conducción será frecuente que otros usuarios invadan el espacio lateral de nuestro vehículo.
Para conducir de manera preventiva, siempre se deberá evitar el espacio por el que otros usuarios puedan moverse de forma repentina, lo que se conoce como zona de incertidumbre.
El uso de vehículos a motor tiene una influencia muy negativa en la contaminación del medio ambiente, debido a que como consecuencia de la combustión del carburante se producen dos tipos de emisiones:
Actualmente incluso los vehículos industriales tienen tecnologías que reducen estas emisiones, pero la forma de conducción seguirá siendo determinante.
Cuando se aplican las técnicas de conducción eficiente se puede reducir de forma considerable las emisiones indicadas, permitiendo un uso del vehículo más sostenible para el medio ambiente y mejorando la calidad del aire.
Asimismo, esta técnica proporciona una serie de beneficios:
Desde enero de 2019 los estados miembros de la UE realizan un seguimiento de los datos sobre matriculación, sistema de propulsión y carrocerías de todos los vehículos pesados y los remolques nuevos, así como lo comunicarán a la Comisión Europea.
Los fabricantes de vehículos pesados nuevos harán lo mismo con los valores correspondientes a las emisiones de CO2 y al consumo responsable.
Se podrá ahorrar combustible y reducir la contaminación:
El uso apropiado de las marchas del vehículo es uno de los elementos principales para ahorrar combustible y reducir las emisiones.
Los vehículos industriales incorporan cajas de cambios de hasta 16 relaciones de marcha (8 cortas y 8 largas), lo que permite que el conductor seleccione la más apropiada para su caso.
Asimismo, disponen de un cuentarrevoluciones con una zona marcada en color verde que señala el abanico de revoluciones en que se hace trabar al motor, siempre que sea seguro.
De esta manera, para conducir de forma eficiente:
El consumo de combustible y las emisiones contaminantes aumentan con las revoluciones del motor y la velocidad.
Para poder conducir de forma eficiente se debe hacer trabajar al motor en la parte baja de la zona verde del cuentarrevoluciones, lo que en condiciones normales se consigue con una marcha larga y el acelerador en una posición que no supere las ¾ partes del recorrido.
Asimismo, debe mantenerse la velocidad lo más uniformemente posible, evitando acelerones y frenazos innecesarios. Hay que mantener una medida de velocidad constante durante el mayor tiempo posible.
Para conseguir esto se recomienda:
Es un dispositivo situado en el tubo de escape que se encarga de retener las partículas sólidas generadas por motores diésel.
Éstas se queman cada cierto tiempo una vez que el filtro está lleno, reduciendo así el nivel de emisiones contaminantes. Este proceso se conoce como regeneración.
Se prohíbe la circulación de vehículos a motor y ciclomotores:
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