Los accidentes de tráfico se presentan en España como una de las mayores causas de mortalidad.
Asimismo, también suponen un gran gasto económico asumido de manera directa o no por el grueso de la población, así como las grandes pérdidas que se derivan de los accidentes que implican vehículos de transporte de pasajeros.
Una de las razones principales de los accidentes tiene que ver con el factor humano, ascendiendo las cifras entre un 70% y un 90%.
Esto conlleva que, si se evitan factores de riesgo en el conductor de un vehículo, se puede disminuir de manera notable la probabilidad de tener un accidente y evitar así sus consecuencias.
Tanto el estado de la vía como las circunstancias del entorno se sitúan entre otra de las causas habituales en los accidentes de tráfico, con una cifra de entre el 10% y el 35%.
Estos accidentes tienen lugar cuando el conductor no acomoda su forma de conducir a las necesidades de la vía o la meteorología.
Por esta razón es necesario que el conductor conozca los factores de riesgo que tengan que ver con la vía y su entorno y poder así circular con las máximas precauciones, evitando que las circunstancias que puedan sucederse superen nuestras habilidades.
El estado del vehículo se sitúa entre el 4% y el 13% en las causas de accidentes. Los más frecuentes son:
Debido a que estos fallos pueden evitarse realizando un mantenimiento adecuado del vehículo, también pueden incluirse dentro de la categoría de fallos causados por el factor humano.
Los accidentes que se encuadran dentro del ámbito laboral se dividen en:
Tienen lugar más accidentes en las rectas que en las curvas. Esto se debe a que las rectas son lugares en los que es más fácil sufrir una distracción.
La mayoría de las víctimas, especialmente en los accidentes mortales, se producen en vías interurbanas. Esto se debe a la mayor velocidad de circulación.
Las autopistas y autovías son generalmente más seguras que las carreteras convencionales. Los sentidos de circulación tienen más distancia entre sí, su trazado tiene menos curvas, no hay cruces, etc.
De forma general las horas del día más peligrosas son las de entrada o salida del trabajo.
Fuera del ámbito laboral, los accidentes de tráfico se producen de forma más habitual en los periodos vacacionales con especial incidencia en Semana Santa, verano y diciembre.
Para poder realizar una conducción segura el conductor deberá conocer los factores que pueden aumentar su posibilidad de sufrir un accidente, así como la forma de evitarlos o de reducir los riesgos.
Se trata de uno de los factores de riesgo más relevantes debido a que al aumentar, suben también tanto las probabilidades de sufrir un accidente como de que éste sea más grave:
Así se denomina a la distancia que recorre el vehículo durante el tiempo de reacción, de lo que se desprende que cuando aumenta el tiempo de reacción también lo hace la distancia.
Ésta variará en función de la rapidez de respuesta del conductor y de su velocidad.
Así se denomina a la distancia recorrida por el vehículo durante el tiempo en que el conductor presiona el freno hasta que el vehículo se detiene. Dependerá de los siguientes elementos:
Así se denomina a la distancia recorrida por el vehículo desde que el conductor percibe un obstáculo hasta que consigue detenerlo. Se obtiene de la suma de la distancia de reacción con la de frenado.
Tanto la fatiga como el sueño son algunas de las principales causas de accidente, sobre todo en el caso de conductores profesionales donde las cifras alcanzan entre el 20% y el 30%.
Por esta razón es imprescindible aprender a identificar los síntomas y tomar precauciones para cada caso.
Algunas de las principales consecuencias de la fatiga son:
Algunas de las causas que aumentan la aparición o el empeoramiento de la fatiga son las siguientes:
El sueño es una de las causas más importantes en los accidentes de tráfico, situándose entre el 15% y el 30% de los mismos. El carácter de estos accidentes suele ser el de muy grave.
Los riesgos producidos por la somnolencia aparecen antes de que el conductor llegue a quedarse completamente dormido, por lo que los peligros que ésta conlleva son aún mayores.
No tienen por qué tener lugar de noche, debido a que muchas situaciones pueden producir sueño durante el transcurso del día.
Las causas más importantes por las que aumenta la probabilidad de sufrir accidentes:
Con el fin de evitar la somnolencia se debe considerar:
La única forma de combatir la fatiga y el sueño de manera eficaz es parar a descansar, unos 20 o 30 minutos.
Las demás actuaciones sólo retrasarán su aparición. Asimismo, en caso de que lleve el tacógrafo deberá respetar los tiempos máximos de conducción y los mínimos de descanso.
Tanto las enfermedades como los medicamentos pueden llegar a alterar la seguridad en la conducción. Los conductores que sufran enfermedades crónicas deberán tomar las siguientes medidas para reducir el riesgo de accidentes:
Debido a que no todas las personas reaccionan de la misma forma ante los tratamientos farmacológicos, es recomendable consultar sobre sus riesgos al médico o farmacéutico. Asimismo, deberá:
La conducción a altas temperaturas puede alterar de manera considerable las capacidades del conductor.
Así, una temperatura de unos 35º en el interior del vehículo puede tener un riesgo similar al de la alcoholemia de 0,5 g/l en sangre, aumentando los tiempos de reacción, fatiga, sueño, distracciones, agresividad u otros.
Con el fin de evitar estos riesgos se recomienda:
Las distracciones pueden llegar a causar el 40% de los accidentes, siendo el factor de riesgo que más se ha incrementado.
Se producen con más frecuencia en carretera, especialmente en autopistas y autovías debido a que son de carácter monótono.
Las causas que aumentan la distracción en la conducción son:
El alcohol es una droga que tiene efectos negativos para la conducción. Aunque al principio tiene una fase de euforia, éste actúa como un depresor del Sistema Nervioso Central, aumentando la posibilidad de tener un accidente y de que éste sea más grave.
Los efectos del alcohol en el conductor son:
Se trata de la cantidad de alcohol que existe en sangre. Se puede medir de dos formas:
Es importante recordar que la conducción con cualquier tasa de alcohol, incluso si es inferior a la permitida, aumenta las probabilidades de accidente. La única tasa completamente segura es la de 0,0 g/l.
En contra de la creencia popular, ninguna de las actividades siguientes ha demostrado ser eficaz para reducir las tasas de alcohol o para evitar la sanción: hacer ejercicio, tomar chicles o caramelos, tomar o masticar café, beber aceite, fumar, consumir cocaína, usar sprays bucales, beber mucha agua o tomar clara de huevo.
Los accidentes de carácter más grave están relacionados con el consumo de sustancias aproximadamente en un 10%.
Queda prohibido por ley la conducción por vías públicas a cualquier persona que tenga presencia de drogas en su organismo.
No se incluirán las sustancias que se utilicen por prescripción médica o con finalidad terapéutica mientras se mantengan las condiciones para la conducción con la diligencia debida, precaución y no distracción que establece la ley.
Produce alteración en la percepción de los alrededores, del tiempo y del espacio. Reduce la capacidad de atención y aumenta las distracciones, así como el sueño y el tiempo de reacción.
Produce alteración en la percepción de los alrededores y cambios en el comportamiento, de manera que el conductor se vuelve impulsivo, hostil y competitivo.
Reduce la capacidad de atención y aumenta las distracciones, provoca un comportamiento de falsa confianza y se asumen más riesgos en la conducción.
Provoca ilusiones ópticas, mayor deslumbramiento y visión borrosa. Reduce la capacidad de concentración y aumenta las distracciones.
Se pueden producir episodios de depresión o ansiedad, un aumento de la fatiga física y mental cuando estos síntomas terminan y posibilidad de que se sufran flashback horas después de que los efectos del consumo hayan desaparecido.
Posibilidades de fuertes distorsiones de la realidad y alucinaciones, así como alteración de comportamientos emocionales que aumenten la agresividad, el pánico o la ansiedad.
Aparecen flashbacks y sus efectos tienen una duración de hasta diez o doce horas.
Alteración del comportamiento violento e impulsivo. Se produce el efecto de falsa confianza en la conducción y se asumen mayores conductas de riesgo.
Movimientos estereotipados y reiterativos que disminuyen la movilidad, menor sensación de fatiga que puede tener consecuencias considerables. Retrasa el sueño, de manera que puede producir un efecto rebote fuerte que provoque en el conductor la necesidad inmediata de dormir.
Un agente de la autoridad encargado de la vigilancia del tráfico podrá someter a las pruebas de detección de alcohol o de presencia de drogas en el organismo a:
Las pruebas a las que pueden ser sometidos por agentes consistirán en la verificación de la tasa de alcohol mediante aire expirado a través de dispositivos homologados y autorizados.
En el caso de la detección de sustancias, en una prueba salival a través de dispositivos homologados y de un análisis posterior.
Con el fin de poder contrastarlas, el interesado podrá pedir que se repitan las pruebas para la detección del alcohol o de drogas, consistiendo preferentemente en un análisis de sangre excepto por causas excepcionales correctamente justificadas.
Cuando la prueba contraste confirme un resultado positivo será abonada por el interesado.
En caso de que el resultado supere la tasa máxima permitida o el individuo presente síntomas claros de encontrarse bajo los efectos del alcohol y otras sustancias, el agente deberá informarle:
Los agentes podrán llegar a inmovilizar el vehículo a través de su precintado u otro procedimiento cuando:
La inmovilización del vehículo será dejada sin efecto cuando desaparezcan las causas que la motivaron, excepto por orden judicial o porque pueda sustituirse al conducir por otro requerido por el mismo.
Los gastos que puedan derivarse por la inmovilización, traslado y depósito correrán a cargo del conductor o de quien responda por él legalmente.
En caso de que la prueba de alcoholemia de positiva, la sanción al conductor puede consistir en una multa pecuniaria de entre 500 y 1000€ además de la retirada de entre 4 y 6 puntos del carné.
La sanción máxima se impondrá en los casos en que el conductor hubiera sido previamente sancionado en el año inmediatamente anterior, así como al que supere la tasa con cantidades que lleguen hasta el doble.
En el caso de conducir con drogas en el organismo la sanción será de 1000€ de multa y de pérdida de 6 puntos.
Asimismo, la multa de 1000€ también se impondrá a quien no se someta a las pruebas de alcoholemia o de drogas cuando sea obligado a ello.
Los vehículos actuales disponen de dispositivos de seguridad que reducen la probabilidad de accidente y sus consecuencias.
El papel del conductor, sin embargo, será fundamental para que estos dispositivos funcionen de forma correcta, debido a que no servirán de nada si no se usan correctamente o se encuentran en mal estado.
Debido a que algunos camiones son especialmente altos se deberán tomar precauciones extras en el momento de subirse o bajar de los mismos.
En los dos casos, el conductor deberá agarrarse a las asas que tiene el vehículo disponible, así como usar los escalones, sobre todo al bajar, debido a la peligrosidad de sufrir lesiones que entraña bajar de un salgo.
No se deberá bajar nunca del vehículo de cara, ya que al sufrir una caída las lesiones serían más importantes.
Se deberá mantener una postura correcta con el fin de manejar el vehículo con seguridad y comodidad.
Sólo de esta manera se podrá acceder correctamente a los mandos del vehículo y accionarlos con la precisión que requieren para reaccionar de forma correcta ante posibles dificultades. Para ello se tiene que:
Cuando termine de regular tanto el asiento como el respaldo, el conductor deberá regular los espejos retrovisores y colocarse apropiadamente el cinturón de seguridad.
Si mantiene la postura adecuada tendrá mayor libertad de movimientos en la conducción, viajando más cómodo y relajado, minimizando el riesgo de fatiga en los viajes más prolongados y reduciendo el número y la gravedad de las lesiones en caso de accidente.
Los elementos de seguridad activa o primera son los que se incorporan en el vehículo con el objetivo de reducir la probabilidad de accidentes.
Se trata de los únicos elementos del vehículo que están en contacto con el suelo. Una de sus partes principales es la banda de rodadura, en la que se encuentran unos canales y ranuras que permiten el agarre del vehículo al pavimento (formando la adherencia).
Asimismo, cuando existe agua en la calzada, el dibujo evacúa permitiendo así el contacto con el suelo.
Los distribuidores de neumáticos tienen la obligación de informar cuando proceda a través de un adhesivo o de una etiqueta exhibida en el punto de venta de:
El mal estado de los neumáticos es la principal causa de accidentes debido a fallo del vehículo. Por esta razón el conductor deberá prestarles la atención que precisen y realizar sistemáticamente el mantenimiento adecuado.
Los neumáticos radiales son los más usados, además de calentarse menos que los diagonales.
Le presión de inflado se debe comprobar periódicamente (cada 15 días aproximadamente) debiendo ajustarse a lo señalado por el fabricante en función de la carga y la vía.
Esta comprobación debe hacerse con los neumáticos en frío y usando un manómetro en buen estado. Si lo hace con los neumáticos calientes no deberá quitarse el aumento producido, debido a que es normal y el fabricante lo ha previsto.
En los vehículos que llevan ruedas gemelas sus neumáticos deberán tener la misma presión.
En caso de que la presión de inflado sea inferior a la indicada:
Existen algunos factores que, junto con la presión de inflado, aumentan el desgaste de los neumáticos:
Con el objetivo de reducir el desgaste y el consumo de combustible, algunos vehículos permitirán elevar un eje cuando el vehículo circula sin carga. Ésta será retráctil y descargable.
Los neumáticos de aquellos vehículos con una MMA mayor a los 3500 kg deberán sustituirse cuando la profundidad de las ranuras principales de la banda de rodadura no garantice la adherencia al pavimento, o en caso de que éstas presenten cortes, grietas, abultamientos u otro tipo de desgaste.
Es recomendable observar la fecha de fabricación del neumático debido a la pérdida de elasticidad y adherencia que se produce con el tiempo de uso.
Los neumáticos nuevos no podrán tener un índica de carga o de velocidad que sea menor al indicado por el fabricante.
Existen dos alternativas al cambio de neumáticos:
Tendrán la finalidad de reducir la velocidad del vehículo, llegar a detenerlo o de inmovilizarlo cuando fuera preciso. Funcionan haciendo rozar una parte inmóvil (las pastillas de freno o zapatas) con una parte móvil (los discos o tambores).
Los camiones deberán ir provistos de un sistema de frenado que proporcione las siguientes funciones:
El tipo de freno más usado en la actualidad es el freno de disco, debido a que ofrece mayor seguridad en la frenada y se refrigera mejor, retrasando la aparición del fading (pérdida de eficacia por calentamiento excesivo).
En los vehículos más pesados el sistema de mando neumático es el más usado para accionar las pastillas o zapatas.
Está compuesto por un compresor, accionado por el motor, que suministra aire a presión a los calderines donde se va acumulando.
Cuando el aire acumulado en los calderines alcanza su mayor presión, se abre una válvula de descarga, evitando así sobrepresiones en el circuito.
Cuando se acciona el pedal de freno se abre una válvula de paso que permite que le aire comprimido llegue a los pulmones de las ruedas, donde ejercerá la fuerza necesaria a los elementos frenantes.
El sistema también estará dotado con un manómetro que informa al conductor de la presión de aire que hay en el circuito, debido a que si existe alguna fuga puede dejar de funcionar.
Freno motor (en el escape)
Ralentizadores
Freno Eléctrico
Permiten reducir o mantener la velocidad sin usar el freno de servicio y sin entrar en rozamiento ninguno de sus elementos, reduciendo su desgaste y garantizando una reserva de potencia de frenado que reduzca el fading.
Sólo actúa en las ruedas motrices, por lo que en condiciones de baja adherencia no es recomendable usarlos, ya que puede producir derrapes.
ABS Sistema Antibloqueo
Además de las condiciones de adherencia, en los vehículos pesados se deberá tener presente su masa y la de la carga, debido a que tanto la distancia de frenado como la eficacia de los frenos varían en función de lo que cargue el vehículo.
Cuando sea posible, el frenado de un autobús se debe realizar con la máxima antelación y usando el freno de servicio lo mínimo posible.
Para ello, el conductor debe anticiparse a las situaciones que le fuercen a reducir la velocidad y aprovechar la retención que produce el motor cuando circula con una marcha engranada, sin acelerar ni pisar el embrague (el freno de motor convencional).
Asimismo, también se podrá utilizar los dispositivos ralentizadores señalados (tienen varias posiciones para aumentar su eficacia).
En los descensos prolongados, para mantener o reducir la velocidad, el conductor usará en primer lugar el dispositivo ralentizados.
Si esto no fuera suficiente, tendrá que frenar de forma progresiva para reducir la velocidad y cambiar a una marcha más corta, debido a que con esto aumenta la retención del motor y la eficacia de los ralentizadores.
En ningún caso se deberá utilizar de forma continuada el freno de servicio, ya que podría perder su eficacia si se caliente.
En caso de emergencia si el vehículo no estuviera dotado con ABS, se deberá frenar con fuerza, pero sin bloquear las ruedas, debido a que si lo hacen aumentará la distancia de frenado y se pueda perder el control sobre la dirección del vehículo.
Para evitar esto se deberá reducir la presión realizada sobre el pedal al menor síntoma de bloqueo.
En los vehículos equipados con ABS se podrá pisar a fondo el pedal de freno, dado que ya no existirá el riesgo de bloqueo.
En caso de que el circuito de frenos sea de accionamiento hidráulico, se deberá comprobar el nivel del líquido de frenos.
Deberá estar entre las marcas de máximo y mínimo del depósito y sustituirlo cuando lo indique el fabricante, aproximadamente cada 2 años.
Es el conjunto de elementos que unen la parte suspendida del vehículo (bastidor, carrocería, etc.) con la parte no suspendida (el conjunto de ruedas y ejes). Este sistema tiene el objetivo de:
En los camiones el sistema de suspensión se compone de:
Se trata del conjunto de elementos que tienen la finalidad de orientar las ruedas directrices según el destino indicado por el conductor.
Estas ruedas normalmente son las delanteras, aunque hay vehículos que usan configuraciones que proporcionan una mayor maniobrabilidad.
En este sentido, los autobuses de más de 12 metros suelen tener dos ejes directrices, uno delante y otro en la parte de atrás.
En la actualidad hay diferentes sistemas que facilitan el accionamiento de la dirección y aumentan su precisión, como la servodirección o dirección asistida, que reducen el esfuerzo que debe realizar el conductor para orientar las ruedas siempre que el motor esté funcionando.
Asimismo, algunos vehículos incorporan un sistema que adapta el esfuerzo que se tiene que realizar para accionar el volante según la velocidad de circulación, permitiendo maniobrar con menor esfuerzo.
1º.Comprobar la presión de inflado .
2º. Llevar el vehículo al taller .
Tienen la misión de permitirnos ver, ser vistos y de señalizar.
Algunas de las últimas innovaciones tecnológicas incorporan los siguientes elementos:
El Control Electrónico de Estabilidad (ESP) detecta si el vehículo comienza a derrapar y actúa sobre el freno y la tracción de cada rueda, para conseguir que el conductor recupere el control.
El control de tracción (ASR, TCS, etc.) detecta si alguna de las ruedas motrices gira más rápido de lo que debería y actúa sobre la potencia del motor y/o sobre el sistema de frenado para corregir el problema.
Algunos de estos sistemas permiten arrancar en suelos deslizantes, conversar mejor la estabilidad del vehículo en curvas, al subir una pendiente o con lluvia.
Los vehículos de motor de las categorías N2 y N3 (los que tienen una MMA mayor a 3500 kg) sólo podrán circular por la vía pública si tienen instalado un dispositivo de limitación de velocidad regulado de tal forma que su velocidad no pueda ser mayor a los 90 km/h.
Sin embargo, no será obligatorio para los siguientes vehículos:
Los elementos de seguridad pasiva o secundaria son los que están dirigidos a reducir las consecuencias de los accidentes, bien porque evitan las lesiones o porque las reducen.
En los camiones la estructura metálica está compuesta por el bastidor (largueros y travesaños) y por la carrocería (cabina y la caja o plataforma).
El fin de la carrocería es el de proteger a los ocupantes en el caso de que ocurra un accidente. Para este fin incorporan elementos que permiten su deformación y absorben una gran cantidad de energía del impacto.
Esta deformación, sin embargo, es limitada, debido a que el espacio cercano a los pasajeros (la cédula de supervivencia) deberá conservarse prácticamente sin deformación (toda la energía que no absorba la estructura del vehículo será absorbida por los ocupantes).
Deberán construirse y equiparse de manera que no tengan, ni en su interior ni en el exterior, adornos u otros elementos con aristas salientes que presenten peligro para sus ocupantes o para los demás usuarios de la vía pública.
Los vehículos deberán construirse y equiparse de manera que ofrezca en toda su anchura una protección eficaz contra el empotramiento de los vehículos de las categorías M1 y N1 que puedan chocar con su parte trasera.
Para los vehículos de las categorías N2, N3, O3 y O4, se considera que esta protección es eficaz:
Quedarán exentos de esta obligación:
Los vehículos tendrán la obligación de disponer de protecciones laterales de manera que se permite a los usuarios de la carretera que no están protegidos, disponer de una protección eficaz en caso de caer bajo la parte lateral del vehículo o ser atrapados por las ruedas del mismo.
El dispositivo podrá consistir en una superficie continua plana, en uno o más largueros horizontales o en una combinación de los mismos.
No obstante, cuando se utilicen largueros, éstos no serán de más de 30 cm entre sí. Esta protección no podrá aumentar la anchura total del vehículo ni adelantarse más de 12 cm.
Actualmente los vehículos usan cristales laminados (dos cristales pegados en una lámina de plástico).
Estos cristales aumentarán la seguridad en caso de sufrir un impacto, debido a que en caso de rotura no se fragmentan en pequeños trozos, sino que conservan la visibilidad y evitan las lesiones que se podrían producir en caso de que se rompiera.
Tiene el objetivo de retener el cuerpo en caso de colisión o vuelco, evitando que los ocupantes se golpeen de forma violenta o salgan despedidos al exterior.
En los autobuses, será obligatorio para el conductor y los pasajeros de más de 3 años edad cuando los asientos estén equipados con el mismo.
Para que el cinturón pueda ofrecer la protección adecuada deberá estar en perfecto estado y correctamente colocado:
Se trata de una bolsa de aire que se infla de forma automática cuando se produce una deceleración instantánea del vehículo de suficiente intensidad.
Su misión es evitar el impacto directo de los ocupantes contra los distintos elementos del vehículo, disminuyendo la posibilidad de sufrir lesiones.
Se infla a una velocidad aproximada de 300 km/h por lo que, de no usarse el cinturón, podrá ser golpeado por él de forma violenta. Se trata de un elemento que complementa al cinturón y que no lo sustituye.
Asimismo, no se deberán colocar objetos cerca del mismo, debido a que pueden salir despedidos y golpear violentamente a los ocupantes.
Son aquellos que no pueden considerarse elementos de seguridad activa o pasiva pero que asisten al conductor en su misión de mantener la atención o facilitan su respuesta. Algunos de estos elementos son:
Con el fin de que la conducción no se convierta en una actividad peligrosa, el conductor deberá considerar siempre la adherencia que proporciona el pavimento de la vía, su trazado y las condiciones climatológicas.
La adherencia variará en función de muchos factores, siendo los más significativos los relacionados con el vehículo, así como con el tipo y estado del pavimento de la vía.
Asimismo, los camiones se ven especialmente afectados por las condiciones de carga debido a que cuando circulan vacíos tienen una menor adherencia.
El peligro de deslizamiento aumentará en pavimentos de tipo liso, mojado, sucio, con nieve, con hielo u otros.
Se trata de una de las zonas más peligrosas de la vía. En las curvas el vehículo está sometido a las siguientes fuerzas:
Antes de llegar a acceder a una curva el conductor debe analizar el estado del pavimento, el radio de la curva, su peralte y demás señalización que se encuentre en la vía (como el grado de peligrosidad, la sucesión de curvas, etc.).
Por esta razón el conductor tiene que:
Nunca se deberá tomar una curva con el embrague pisado o en punto muerto.
El viento supone un peligro para la conducción cuando sopla de costado, debido a que si lo hace con gran fuerza puede cambiar la trayectoria del vehículo e incluso llegar a volcarlo, sobre todo en caso de vehículos voluminosos que no llevan carga.
Asimismo, el peligro aumentar cuando sopla a ráfagas o cuando el vehículo pasa por algún obstáculo que hace de pantalla al viento, como edificios, montañas, etc. Se podrán producir desviaciones que pueden sorprender al conductor.
Con el fin de disminuir estos efectos del viento lateral se debe:
La conducción cuando hay lluvia requiere de más precauciones de las normales, debido a que además de reducir la visibilidad, cuando la lluvia cae en la calzada, sobre los cristales o espejos del vehículo, se reduce la adherencia. Si no se adapta la manera de conducir se podrá perder el control del vehículo.
Uno de los momentos que requieren mayor precaución es cuando empieza a llover, debido a que cuando caen las primeras gotas se mezclan con la suciedad acumulada en la calzada y se forman barrillo que hace el pavimento especialmente deslizante.
Cuando la calzada queda limpia debido al efecto de la lluvia prolongada, sin embargo, sigue habiendo problemas de adherencia, pero son algo menos importantes.
Otro problema que presenta la lluvia es que al almacenarse el agua en la calza hay posibilidad de sufrir aquaplaning, debido a que si la velocidad es excesiva el dibujo de los neumáticos no podrá evacuar el agua y el vehículo se deslizará sobre la capa que queda entre el neumático y el pavimento sin llegar a responder las órdenes de la dirección o el freno, perdiendo el contacto con el suelo.
Debido a ello, con el fin de evitar sufrir un accidente, además de mantener los neumáticos con la presión y el dibujo apropiados, se tiene que:
Si la lluvia fuera de tipo torrencial, lo mejor es estacionar en un lugar seguro y alto, dejando encendidas las luces de posición y de emergencia en su caso.
La niebla se forma por pequeñas partículas de agua que reducen la visibilidad y la adherencia, por lo que el conductor deberá seguir las siguientes indicaciones:
La conducción con nieve es especialmente peligrosa y reduce de manera considerable tanto la visibilidad como la adherencia.
Igual que ocurre con la lluvia, la nieve es especialmente deslizante cuando caen los primeros copos o cuando estén recién caída y blanda.
La situación será más peligrosa cuando la nieve se haya endurecido o congelado, dado que en este caso tiene el mismo efecto que el hielo.
Algunas indicaciones para reducir el riesgo de accidente en esta situación son:
En caso de que viaje y crea que puede llegar a negar, además de llevar consigo las cadenas es recomendable que lleve el depósito de combustible lleno, el móvil cargado, ropa de abrigo, comida, linterna y otros, debido a que puede quedarse bloqueado.
Se trata del fenómeno atmosférico más peligroso que podemos tener en la carretera, debido a que cuando nos damos cuenta de su existencia es fácil que ya estemos patinando.
Sobre el hielo la adherencia es prácticamente nula, menor que si circula sobre nieve compacta. El vehículo no responde al giro del volante y la distancia de frenado puede aumentar hasta 10 veces más.
Para evitar la posibilidad de accidente el conductor deberá anaiticparse y averiguar su presencia, siendo más frecuente:
En caso de que se detecte una placa de hielo sobre la calzada, lo mejor es no atravesarla.
Si tiene que hacerlo, sin embargo, se deben llevar a cabo las mismas precauciones que para circular sobre la nieve, pero aumentándolas (sin frenar ni acelerar sobre la capa de hielo).
En los casos en que se tenga que circular sobre pavimento con nieve o hielo se podrá mejorar la adherencia con:
Estos dispositivos deberán estar montados como mínimo, en las ruedas motrices (las que reciben la fuerza del motor) estén colocadas en el eje trasero o en el delantero.
También existe un spray que se aplica a la banda de rodamiento para mejorar adherencia en momentos puntuales.
En algunos casos las autoridades encargadas de la regulación del tráfico podrán obligar a usar estos dispositivos con esta señal, la cual obliga a no continuar la marcha sin cadenas para nieve u otros dispositivos autorizados que actúan al menos en una rueda a cada lado del mismo eje motor.
En este caso el spray no se considerará un dispositivo autorizado. En caso de que no cumpla con esta obligación, los agentes sancionarán la infracción e inmovilizaran el vehículo.
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